Un rey ha visitado esta noche tu cuarto
Hola XXX. Acabo de entrar en tu cuarto. Llevas un montón de años durmiendo a pierna suelta esta noche pensando que no existo pero aquí estoy. Hace tiempo me dejabas turrón, agua para mis camellos y una copa de moscatel. Ayer reías con tus amigos comentando que tus padres se tomaban ese sorbo. Pero no, me lo tomaba yo. Hoy no tengo un vaso que llevarme a la boca y todavía me quedan un montón de casas por visitar.
No sé cuándo eras más inocente. Cuando eras una cría o ahora. Entonces pensabas que llegábamos a los pisos altos con escaleras. Ahora crees que no existimos. Y en las dos ocasiones te has equivocado. Hace años no sabías que Melchor en su juventud era cerrajero y ahora piensas que siempre eran tus padres. Pues ni antes ni ahora.
Uy, te acabas de mover. Esto de estar escribiendo en tu propio ordenador al lado de la cama me da cosa, pero seré sigiloso. Vaya susto te vas a pegar si te despiertas cuando veas a un tío con barba y corona sentado enfrente de la pantalla. Te preguntarás como he conseguido la contraseña de tu correo pero... los Reyes Magos somos eso, Magos, y sabemos la respuesta a tu 'pregunta secreta'.
Te voy a pedir una cosa. Espera con ilusión este día a partir de ahora. Ser un poco niños una vez al año nos hace acercarnos a la realidad de un montón de gente. Nos hace querer más. Nos hace abrir los ojos como platos con cara de incredulidad al menos una vez al año. Porque, por suerte, no lo sabemos todo, no tenemos todo bajo control. Por suerte, algunas veces, somos como niños. Indefensos, pequeños y con capacidad de sorprenderse.
Porque alguien dijo que 'dejamos de ser niños cuando dejamos de sorprendernos'. Me marcho que me están metiendo prisa. Acabamos de empezar con la Avenida XXX y es un rato larga.
Para despedirme te voy a dar un beso en la frente, como hacen los abuelos. Y te voy a dejar el regalico. Son dos de mis 'canciones desconocidas preferidas'. Te pueden gustar o no. Pero cuando alguien, sea Rey Mago o simple estudiante, regala lo que más le gusta... poco más puede regalar. Bill Gates, dueño de tu correo electrónico no me deja meter más canciones así que si te han gustado te puedo hacer un CD.
Hasta dentro de un año.
P.D.1: Para el año que viene que sepas que me gusta el moscatel de Ochoa.
P.D.2: Roncas.
P.D.3: Este correo es personal. Se ha escrito para tí y por eso lleva tu nombre. Eso convierte en especiales tanto lo enviado como la persona a la que ha sido enviado.
Firmado: Uno de los Reyes Magos. ¿Cuál? El que más ilusión te haga.
Jau, a las 23:44 horas del sábado, 5 de enero de 2008.
4 Comments:
Joé, contigo es imposible perder la ilusión (o en mi caso, no recuperarla...). Me quedo con "Por suerte, algunas veces, somos como niños. Indefensos, pequeños y con capacidad de sorprenderse."
Muy bueno. Un saludo, Jau.
"Todas las personas mayores han sido niños antes(pero pocas lo recuerdan)"
jo...gracias Jau.
y una pequeña dosis de ilusión cada día, cuando jau desvela un poquito más de su mundo....
jau eres grande! Ojala todo el mundo tuviese esa ilusion de la que hablas. ¿Por que tenemos que recuerar esa inocencia solo una noche al año? Volvamos a la infancia!!!
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