Cuando el gatillo ejerce resistencia
Está decidido. Metes la mano en el bolsillo y la vuelves a tocar. Está fría; muy fría.
Sigues a un chaval de unos 25 años que va hacia un coche de matrícula francesa. Es un guardia civil y creéis que os ha reconocido. Han firmado su sentencia de muerte y tú estás ciertamente cagado. Un día te dijeron que disparar a una persona no era fácil y tú, con la valentía que da el no enfrentarse a una situación en directo, respondiste que no había problema. Ahora te das cuenta de que el problema que hay es muy gordo.
Tu amiga va hacia el coche que os recogerá cuando acabéis con ellos y os deja solos.
Vuelves a tocar la pistola y su temperatura no ha subido nada. Palpas el gatillo hasta que ves que ejerce resistencia a tu dedo. Sabes que ahí está la línea que divide la vida de la muerte. Sólo tendrás que sujetarla firmemente con las dos manos y traspasar esa línea apuntando a la cabeza. Nada más. Y nada menos.
Sólo quedan dos metros para que se monten en el coche. Ahora te está repitiendo ese café que acabas de tomar y del que tu compañero ha dicho:
- "El de Capbreton era el peor puto café de toda Francia".
Te acabas de recordar a ti mismo jugando con tus amigos poniendo los dedos anular e índice de la mano derecha perpendiculares y recogiendo los demás mientras gritabas "Pum, pum, muerto". O en aquella sala de juegos en la que con pistolas de juguete había que tomar la base enemiga y volver al "reenergizador".
Notas como el café te vuelve a repetir y, ..., un estruendo te ensordece el oído izquierdo. Tu compañero acaba de disparar a bocajarro a uno de los jóvenes y de manera automática tú haces lo mismo. Ahora estás sordo de los dos oídos y la pistola quema en comparación con la gelidez anterior.
Otra detonación. "Por si acaso" tu colega le ha pegado otro tiro a su "objetivo". Vuestro coche para junto a vosotros y os montáis para huir.
Una vez sentado en el Volkswagen te sientes "mierda". Has matado a un chaval unos años menor que tú. Nunca más podrá a tomar una cerveza. Nunca más podrá ver a sus padres. Nunca más podrá besar a su novia.
Tu castillo de naipes cuyos cimientos eran la construcción de tu país se empieza a desmoronar. Comenzó siendo un juego el lanzar piedras a la "madera" para comentar la jugada con unas birras en el bar.
Y diste un paso más. Creíste que era el bueno pero ahora que ves toda la baraja desparramada por encima de la mesa empiezas a dudar.
Jau, el lunes, 3 de diciembre de 2007, a las 16:14 horas.
Escuchando "I went to heaven" de Carla Bruni.
Sigues a un chaval de unos 25 años que va hacia un coche de matrícula francesa. Es un guardia civil y creéis que os ha reconocido. Han firmado su sentencia de muerte y tú estás ciertamente cagado. Un día te dijeron que disparar a una persona no era fácil y tú, con la valentía que da el no enfrentarse a una situación en directo, respondiste que no había problema. Ahora te das cuenta de que el problema que hay es muy gordo.
Tu amiga va hacia el coche que os recogerá cuando acabéis con ellos y os deja solos.
Vuelves a tocar la pistola y su temperatura no ha subido nada. Palpas el gatillo hasta que ves que ejerce resistencia a tu dedo. Sabes que ahí está la línea que divide la vida de la muerte. Sólo tendrás que sujetarla firmemente con las dos manos y traspasar esa línea apuntando a la cabeza. Nada más. Y nada menos.
Sólo quedan dos metros para que se monten en el coche. Ahora te está repitiendo ese café que acabas de tomar y del que tu compañero ha dicho:
- "El de Capbreton era el peor puto café de toda Francia".
Te acabas de recordar a ti mismo jugando con tus amigos poniendo los dedos anular e índice de la mano derecha perpendiculares y recogiendo los demás mientras gritabas "Pum, pum, muerto". O en aquella sala de juegos en la que con pistolas de juguete había que tomar la base enemiga y volver al "reenergizador".
Notas como el café te vuelve a repetir y, ..., un estruendo te ensordece el oído izquierdo. Tu compañero acaba de disparar a bocajarro a uno de los jóvenes y de manera automática tú haces lo mismo. Ahora estás sordo de los dos oídos y la pistola quema en comparación con la gelidez anterior.
Otra detonación. "Por si acaso" tu colega le ha pegado otro tiro a su "objetivo". Vuestro coche para junto a vosotros y os montáis para huir.
Una vez sentado en el Volkswagen te sientes "mierda". Has matado a un chaval unos años menor que tú. Nunca más podrá a tomar una cerveza. Nunca más podrá ver a sus padres. Nunca más podrá besar a su novia.
Tu castillo de naipes cuyos cimientos eran la construcción de tu país se empieza a desmoronar. Comenzó siendo un juego el lanzar piedras a la "madera" para comentar la jugada con unas birras en el bar.
Y diste un paso más. Creíste que era el bueno pero ahora que ves toda la baraja desparramada por encima de la mesa empiezas a dudar.
Jau, el lunes, 3 de diciembre de 2007, a las 16:14 horas.
Escuchando "I went to heaven" de Carla Bruni.
6 Comments:
acabo de hacer click sobre "0 comentarios" dispuesto a comentar algo; sin embargo, ahora que me enfrento a este espacio en blanco, no se que decir...
gracias por exportanr y compartir ideas. Es un gusto leerte.
troy
jefe!
miguel
Geniales tus palabras. Ojalá esos tios hubieran pasado por aquí antes.
Estás hecho un poeta: a ver si esa sensibilidad tuya se acerca, aunque sólo sea un poco, a los que más la necesitan.
Para que la próxima vez se lo piensen dos veces. O las que hagan falta.
Un saludo.
Buenas, lo prometido es deuda. He aquí los maravillosos comentarios a tu post :D
Que los disfrutes
http://meneame.net/story/eta-cuando-gatillo-ejerce-resistencia
cuando vas a la guerra, matas y te matan...esos dos pikolos estaban realizando una operación de riesgo...los ejecutaron por que fueron más lentos en apretar ellos el gatillo...
que ya nos conocemos mucho la guerra sucia de la guardia civil
Jo ETA Ke!!!!
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