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Primero de mayo, Día del Trabajo. Día para no trabajar. Brillante paradoja.

A eso de las 12 he decidido dejar todo lo inútil que estaba haciendo y me he puesto a ver "Las flores de Harrison", una peli protagonizada por Andie MacDowell, chica L'Oreal, y Adrien Brody, chico Schweppes. Si este filme fuese estadounidense estaría rodado en los parques de New York con el sky line de Manhattan recortándose en el horizonte tras un apasionado beso de los protagonistas pero se da la circunstancia de que es francés y que la acción se sitúa en la guerra de la ex-Yugoslavia. Más que caricias lo que rodea la cara de los actores es barro y sangre. Por no contar el miedo, el hastío y la incomprensión de lo que les rodea.

Brody deja su afición al beso de tornillo y se enfunda un traje de reportero gráfico de la misma manera que MacDowell abandona las arrugas de expresión para buscar a un ser querido en el polvorín balcánico. Y ahí se ve el horror de la guerra, de algo que no llegamos siquiera a imaginarnos.

Muerte porque sí, odio nacionalista, odio religioso, críos con fusiles, mujeres violadas, ancianas humilladas, todo ello visto desde el objetivo de una máquina fotográfica.

Si sigues pensando que la guerra se parece al Commandos es que vives en otro planeta.


Jau, a las 18:00 horas del martes, 1 de mayo de 2007.
Escuchando "Somebody for someone" de The Corrs.