¿Pamp16na?
A eso de las nueve y media de la noche de ayer me tomaba la segunda pinta de Guinness en nuestra nueva casa, el Pub The Bull's en la Calle Nueva. Una Guinness que no sabe del todo bien; bueno, mejor dicho, no sabe como la cerveza negra que hemos bebido durante cuatro años. Pero en cuanto hayan pasado por ese tirador unos cuantos barriles y la mano del camarero sea más ducha nos volverá a transportar a Temple Bar en el centro de Dublín. Cuestión de tiempo.
A lo que iba. Minutos después de las nueve y media un grupo de rock probaba sus instrumentos en el interior del local para el concierto que daría comienzo dos horas después. Deonliguan se hacen llamar.
- "Ese bajo no se oye, dale un poco más. ¡Y menos batería, que nos vas a dejar sordos! Bien, bien, suena bien; una pena que se oiga poco tu guitarra, Luis.
En ese momento abren la puerta dos trabajadores de la ciudad de Pamplona con la clásica chaqueta de tonos fosforitos en la que en la espalda se puede leer "Policía Municipal - Udaltzaingoa". Entran con miedo, como quien sabe que su acción no va a gustar a la gente que se encuentra dentro del local. Bajan unos pocos escalones y preguntan por el encargado, encargada en este caso. Esta sale con ellos a la calle y allí le comunican que, por alguna razón que el autor de este texto desconoce, el concierto no puede ser celebrado.
Ignoro si se trató de algo relacionado con los decibelios excesivos de la prueba de sonido o la ausencia de alguna licencia de carácter puramente recaudatorio pero este hecho dice mucho en contra de la candidatura de Pamplona para ser Ciudad Europea de la Cultura en 2016. Una ciudad que por San Valentín organiza un concierto de Sergio Dalma ("Bailar pegados" cantada con voz rota es lo único resaltable que ha hecho este señor) y no permite recitales gratuitos de sus propios ciudadanos en locales nocturnos no se merece ese título. Los musicales de "El dúo dinámico" a 40 euros en Baluarte frente a la oferta cultural, artística e histórica de ciudades como Córdoba o Mérida nos van a hacer quedar en un "fantástico" lugar. Y a los de Torun también, que no saben con quién se han juntado.
Nefando comportamiento del Ayuntamiento de la "Muy noble, muy leal y muy heróica ciudad de Pamplona". Así que habrá que bajar a Burlada el 28 de marzo al Animals a ver a Deonliguan. Un pueblo sin un duro y sin el glamour de la capital del Reyno pero que no lanza a los servidores del ciudadano contra las manifestaciones culturales no controladas por él.