La cuchara
Día de limpieza en casa de a mi abuelo. Más concretamente en la bajera. Y no sabéis la cantidad de cosas que se guardan "por si acaso" y más si eres una persona mayor. Sillas, persianas viejas que se retiraron de su ventana hace diez años, cal para pintar paredes, azulejos sobrantes de alguna reforma, ...
Si a todos esto le añadimos que lleva diez años en un rincón de una bajera oscura os podéis imaginar su estado y utilidad. Entre todo esto resaltaban los utensilios usados para embotar tomate todos los años. Es una actividad que he visto hacer en mi casa desde que tengo uso de razón a mis abuelos y a mis padres. Cazuelas, hornillos, tarros, cucharas, ... Casi todo ha ido a la basura.
En uno de los últimos viajes he visto un tipo en el contenedor. He pensado que se estaría cagando en el que había llenado parcialmente el contenedor pero no; estaba sacando cosas. Y entre ellas esa cuchara de aluminio larga y cascada que usaba mi abuela para remover el tomate. Esa cosa inservible y de la que nunca más íbamos a acordarnos que habíamos tirado a la basura.
El hombre la ha cogido, la ha mirado y la ha metido en una bolsa naranja colgada del manillar de su bicicleta. Al verme llegar con otro carro lleno de "desperdicios" se ha marchado llevando en su cara una mezcla de vergüenza y pena.
O quizá el que tenía cara de pena y de vergüenza era yo.
Jau, a las 13:54 horas del martes, 26 de junio de 2007.
Escuchando "I will always love you" de Whitney Houston.